El marqués y su maestro

«Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios»
Mateo,22,21.

La polémica del plagio de estos días me ha recordado varias cosas, unas las estoy preparando para otra entrada, otra versa sobre el robo de hallazgos matemáticos. Bueno, robo o apropiación indebida los hubo, los hay y los habrá siempre. Este es el caso de uno de ellos.

Guillaume François Antoine, marqués de L’Hôpital(París, 1661 – París, 2 de febrero de 1704) fue un matemático francés en cuyos hombros pesa la doliente carga del robo intelectual. Por el año 1691 el marqués conoció a un joven matemático, que dominaba los nuevos métodos impulsados por las recientes obras de Leibniz.

El joven se trataba de Johann Bernoulli, uno de los miembros de la famosa saga: los Bernuolli fueron a las matemáticos como los Strauss a la música. L’Hôpital decidió contratarlo para que lo instruyera, pagándole las clases al precio de medio sueldo de profesor universitario. Sin embargo, no se limitó a recibir educación por el estipendio, incluyó trabajos que el profesor no hubiese publicado.

Con estos nuevos conocimientos, el marqués, publicó su obra Analyse des infiniment petits pour l’intelligence des lignes courbes (1696) (‘Análisis de los infinitamente pequeños para comprender las líneas curvas’), donde enseña un nuevo procedimiento para calcular límites utilizando derivadas, que más tarde pasará a denominarse Regla de L’Hôpital.

A la muerte del marqués, Johann Bernoulli reivindicó su autoría, pero nadie le creyó. Tantos años después de la publicación nadie empañaría la memoria del famoso matemático francés.

Al César lo que es del César, y Johann Bernoulli lo que es Johann Bernoulli. Fue él quién descubrió la Regla, enseñándosela a su alumno L’Hôpital; pero, del mismo modo, es de justicia reconocer que L’Hôpital nunca se la atribuyó, simplemente omitió su procedencia.


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