V.O.

Las películas en versión original, si es una excelente idea. El pasado día afloró por los noticieros la propuesta del ministro Gabilondo de revisar el doblaje en cines. Todo surge del escaso conocimiento que tenemos los españoles de una lengua extranjera, a parte de la nuestra, porque dependiendo de donde situemos nuestro empadronamiento en la península ibérica determinaremos por lengua extranjera la distinta a la local. Pero vayamos al grano: hablamos muy mal inglés, la lengua principal para comunicarnos con el resto del los habitantes fuera de la península. Una comunicación oral o escrita.

Cualquier  estudiante que se precie necesita dominar el inglés, y si sabe más idiomas mejor proyección tendrá. Cualquier estudiante lo sabe y el Ministro de Educación, como miembro de la comunidad universitaria, también.

No resulta tan extraño que el parlamento catalán aprobase una ley para doblar las películas al catalán. El cine llama a los jóvenes y oír constantemente un idioma hace que lo aprendas más fácil. En sudamérica los jóvenes  terminan añadiendo palabras inglesas a su vocabulario, aún siendo muestra de esnobismo. Al menos incorporan una dicción que muchos de nosotros nunca alcanzaremos. Y ¿por qué?, porque allí no se doblan las películas. Si aquí no las doblásemos daríamos un paso hacia una generación menos inculta en idiomas que las precedentes.

No es escusa los puestos de trabajos. Desde siempre nuevos trabajos han desplazado a viejos usos y no significó la perdida de los trabajos: la radio no murió ante la televisión, ni los actores de cine mudo desaparecieron por la llegada del sonido. Adaptarse o reinventarse, cualquier solución es válida antes que anquilosarse o no querer avanzar por el miedo a perder lo que tenemos.

Es una pena, que la propuesta interesante de un político, con lo que cuesta encontrar propuestas interesantes de los políticos, se desdeñe precisamente porque se catalogue en el espectro de las extravagancias propias e interesadas de los políticos.