Dedicación del maestro

La relación de maestro alumno es peculiar dependiendo del carácter de cada uno. A veces el más borde de los maestros puede ser el más atento con los alumnos, o con algunos en particular. Lo reconozco, aquellos que muestran interés, más allá de la lisonja, nos despiertan con mayor entusiasmo la faceta de maestro. Este sentimiento pude que sea universal e intemporal. Me lo ha recordado un texto en la autobiografía de Euler:

 

«Pronto tuve la oportunidad de ser presentado al famoso profesor Johann Bernoulli. Estaba realmente muy ocupado, y así rehusó de plano darme lecciones particulares, pero medio en cambio consejos mucho más valiosos para comenzar a leer por mi propia cuenta libros de matemáticas más difíciles y estudiarlos con toda la diligencia que pudiera. Si me encontraba con algún obstáculo o dificultad tenía permiso para visitarle con plena libertad todos los sábados por la tarde…»(1)

Hombre, los tiempos cambian, ahora los sábados por la tarde me siento en el sofá, pongo a Claudio Baglioni y leo la biografía de los grandes maestros.


(1) 300 Años después.. reivindicación de Euler, Antonio Pérez Sanz, SIGMA Nº30, Mayo 2007, pp 179-188.

Minería de datos con MATLAB

Para muchos de los trabajos que impliquen analizar datos la minería de datos es una herramienta muy útil. Dentro de poco MathWorks realizará un curso (17 oct 2013 16:00 CEST) donde tratará como abordar la minería de datos con sus herramientas.

La minería de datos (o data mining) tiene como objetivo descubrir patrones y extraer conocimiento a partir de grandes conjuntos de datos. El conocimiento adquirido se emplea para la toma de decisiones, clasificación de la información y realización de predicciones en diferentes ámbitos e industrias (automoción, aeroespacio, energía, farmacéutica, finanzas, médica, etc.).

Se utilizan para ello métodos descriptivos o predictivos tales como el análisis exploratorio de datos, clustering, clasificación, métodos de regresión (lineal y no lineal), métodos de aprendizaje automático (supervisados y no supervisados), etc.

Una ecuación que ilumina

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Una y otra vez surgen la misma pregunta: ¿las matemáticas, para qué? Pues bien, todavía en periodo estival, y como anticipo para los futuros ingenieros, un ejemplo de para qué les pueden servir las matemáticas.

Solidangle es una empresa que se dedica a iluminar. En el video nos muestran su trabajo que acompañan a los efectos visuales de películas de la factoría Sony Pictures Imageworks, Framestore, The Mill and Digic Pictures. Como bien nos dicen, sus trabajadores lo componen ingenieros y matemáticos, en unión: un aporte que subraya la importancia de la investigación e innovación.

Robert Galbraith

thecuckooscallingA estas alturas todo el mundo sabe quién es Robert Calbraith: JK Rowling. No pasa de ser un juego, una broma, o un intento de quitarse una etiqueta de encima.

Desde luego Rowling tiene dinero suficiente para olvidarse del mundanal ruido y dedicarse a lo que desee; por ejemplo, escribir lejos de la magia. El por qué lo ha hecho lo dice ella misma: «a sido una experiencia liberadora». No nos engañemos: todo tenemos vanidad. En este caso con doble alegría.

Nada más salir The Cuckoo’s Calling comenzó su cabalgadura por los tópicos literarios: listas de ventas, críticas, …, y  halagos. No pasaba de un nuevo libro de un novel con futuro y saltó la sorpresa: Robert Calbraith era un seudónimo. Ahora las ventas se han disparado y, algunos, se muerden las uñas.

Este suceso nos lleva a unas consabidas sentencias:

  • Cuando nacemos nos etiquetan, y quitarnos las etiquetas cuesta, a unos más que a otros. 
  • Los críticos terminan siendo engullidos por su crítica y, la mayoría de las veces, caen en el autoplagio. Es más fácil criticar el último cuando no te gustaron los anteriores. Parafraseando a Dr. House: la gente no cambia. La primera novela alejada del mundo mágico era The Casual Vacancy, Rowling cosechó más críticas duras que gratas. Ahora Rowling, como Calbraith, disfruta de mayor reconocimiento literario. ¿Cómo lo digerirán los críticos de The Casual Vacancy?
  • «La mejor publicidad de un libro es la fama del autor, no la calidad de la obra». Es normal, si a uno le gusta un autor tiende a comprar libros de ese autor, aunque estos terminen produciendo en clichés. Nos gustan las sagas y los editores lo saben.
  • Lo mejor que pueden hacer los escritores noveles es hacerse famosos. Dispondrán de sus quince minutos de gloria, y con suerte de más. Antes publicará un famoso que un escritor bueno.

 

El amigo americano

stamp-rockefellercenterEl amigo americano es una película de Wim Wenders sobre un libro de Patricia Highsmith. No se por qué Wenders la tituló así, cuando la novela se titulaba Ripley’s Game. Posiblemente por la relación que el protagonista, para Wenders, tiene con Ripley, el amigo americano. Aunque, si lo analizamos con detalle, amigos como ese…

Eso mismo pensé en abril del año pasado, cuando saltó a la palestra la expropiación a Repsol de su filial YPF. Hasta entonces escasa veces había oído el nombre de Vaca Muerta, pero desde ese momento era difícil no enterarse de que se trataba. Hablamos de recursos de hidrocarburos no convencionales, para que nos entendamos: no se trata de un terreno donde pinchas y sale petroleo o gas, sino de roca de la cual tienes que separar el petroleo o el gas para obtenerlo. El primero es el más sencillo, que conocemos de las películas americanas, donde un sufrido trabajador se baña en el líquido negro alegrándose por su fortuna. Para los no convencionales basta con ver el documental MegaEstructuras: Las Arenas de petroleo de Athabasca.

Volvamos a la turbia relación Argentina-Repsol. Repsol descubre el potencial yacimiento de Vaca Muerta; pero, claro, la inversión que necesita es tremenda, recordemos: hidrocarburos no convencionales. Argentina dice que hay mucho dinero:

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Repsol dice: paciencia. Entre unos y otros, Argentina no parece tener paciencia y expropia a Repsol. Lo reconozco: demasiado simplista. Pero he aquí nuestro amigo americano. Antes de lanzar el órdago, Argentina (mejor dicho: Cristina Fernández de Kirchner) telefoneó a su amigo americano, que, creíamos, era el mismo que el nuestro. Pues no, no son el mismo. Su amigo americano dio el consentimiento y Argentina, perdón Cristina, a bombo y platillo celebró la emancipación de YPF, la filial de Repsol, a quien pertenecía los derechos de explotación. Algo olía a podrido en Vaca Muerta.

No tardaron en salir nombres de grandes empresas de nuestro del amigo americano de Argentina en ofrecerse a explotar el yacimiento. Pues bien, ya tenemos vencedor: YPF y Chevron firman un acuerdo para explotar el yacimiento de Vaca Muerta. Chevron es una de las herederas del emporio Rockefeller y cuyo poder podría equipararse a la ficción de la empresa que está tras «The Manchurian Candidate». Ahora discutirán sobre si son galgos o podencos; si Argentina beneficia fiscalmente a Chevron, la sustituta de Repsol, merecidamente o no. El resultado es el mismo: España pierde porque su amigo americano es más amigo del petroleo Argentino.

Moraleja: el amigo americano solo es amigo del dinero, quién se lo de será su amigo, el que no su enemigo.

Idiosincrasia

El domingo 10 de agosto de 1628 el Vasa partí desde el puerto de Estocolmo en dirección mar abierto. Era la estrella de la corona sueca, la niña de los los ojos del rey Gustavo II Adolfo, el eslabón principal de la cadena de barcos con la que dominaría el báltico. Desplazaba sobre unas 1300 toneladas, con 4,8 metros de calado, 11,7 de manga y 52,5 metros de eslora. Sus 1150 metros cuadrados de superficie bélica se apoyaban en 64 cañones y dos puentes lo convertían en portento bélico, capaz de atemorizar a todos sus contrincantes, excepto a la naturaleza. Según algunos historiadores nada más salir el barco disparó una andanada para conmemorar tan solemne ocasión, el barco se escoró. Otros historiadores comentan que consiguió recuperar el rumbo a pesar de una ráfaga de viento que le golpeó, sin embargo no pudo con una segunda ráfaga que provocó que el agua entrase por las tapas de las baterías hundiendo el barco.

Hoy se debaten en culpar a la arrogancia del rey en solicitar, mejor dicho: exigir, un puente más de lo normal para las medidas «estándar»(si se puede llamar así) con la que partía el diseño, o la  falta de preparación del constructor. Para corregir las desviaciones de un puente más se modificó el calado, desequilibrando la relación con su manga y provocando un centro de gravedad excesivamente alto. Los cálculos de 1200 toneladas de lastre, en el fondo del buque, no parecieron suficientes para un barco con una estructura demasiado pesada. En fin, aún con unas pruebas de estabilidad abortadas el Vasa se aventuró a salir del puerto y naufragó. Cuando le preguntaron al constructor, el holandés Hein Jakobson, por qué había sido tan mal construida, se escudó: «Su Majestad el Rey aprobó las dimensiones del navío»(Ricardo A. R. Hermelo, Boletín del Centro Naval, nº 820).

Podríamos decir que esta historia es el fruto de despropósitos pasados, de los cuales aprendemos con el paso de los años. Lo curioso es que reincidimos constantemente y por eso no dejamos de sorprendernos. No hace mucho leí la noticia de los errores de cálculo en la construcción de los nuevos submarinos para la Armada española. La causa: un decimal mal escrito (elconficencialdigital.com). ¡¿Por qué les insistiré a mis alumnos que los errores en los decimales pueden ser muy importantes?!.

La noticia salta por la web y diferentes medios: «Un submarino con sobrepeso«, «El submarino español más moderno se hunde por exceso de peso, «Spain’s new S-80 class submarines sink but won’t float«,…

No quedaría ahí como un proyecto más fracasado sino fuese por una peculiaridad básica del mismo: el primer proyecto enteramente español de construir un submarino de los pies a la cabeza. La empresa Navantia tomó el empeño de la Armada en la construcción de la nueva clase de submarinos, S-80, los más modernos del mundo (no nucleares), llamados a sustituir los viejos S-70. Esta anterior, y actualmente en funcionamiento, serie estaba fabricada por Bazan, la antigua Navantia, y la francesa DCN. Ahora nos sentíamos con fuerzas para aventurarnos en el empeño nosotros solitos. Tenemos tecnología puntera, constructores de prestigio, investigación cualificada y una ristra de cualificaciones apropiadas para decir: ¡eh!, nos sobramos! Por cierto, también dinero de sobra para afrontar el proyecto: 1800 millones de euros, a los que hubo que aumentar hasta 2200 en 2013(será por la crisis). Resultado:

«Los retrasos son comunes en estos proyectos en todo el mundo y entran dentro de la normalidad. El S-80 es un submarino de la siguiente generación, que enfrenta soluciones tecnológicas inéditas, por lo que no se pueden descartar problemas técnicos durante la construcción y pruebas»(laverdad.es).

¡Suerte que detectamos el sobrepeso!, si no repetiríamos el hundimiento del Vasa cuatro siglos después, para demostrar, otra vez más, que no aprendemos de nuestros errores. No pensemos que se difieren mucho los errores del Vasa a los nuestros. No es el sobrepeso la principal causa, si no la arrogancia. Quizás sea exagerado y me exceda en la crítica a un país, el mio, volcado en querer ser aventajado en los nuevos tiempos y sumido todavía con los viejos vicios. No es el empeño en construir un proyecto avanzado tecnológicamente, debería ser un referente constate, así es como avanzaríamos y quitaríamos el lastre de la piel quemada de tanto Sol y playa y  toros (aunque ahora hemos cambiado los toros por el fútbol: somo un poco más civilizados).  ¡Es la idiosincrasia, estúpido!

Si decimos de tirarnos al ruedo nos da igual que sea un fórmula 1, llámese HRT, que un submarino de alta tecnología. Lo cierto es que nuestra propensión a lanzarnos al ruedo desoye constantemente las voces más cualificadas, hasta los razonamientos más simples.

Recuerdo un día de verano, sentado al borde de la piscina con amigos alrededor. Varios de los niños que acompañaban a sus padres comenzaron a lanzarse al agua. Saltó el primero provocando un chapoteo fresco que incitó a un segundo. El calor llamaba y el tercero se tiró corriendo. Los gritos de los mayores llamaban al agua y el ruido de las manos y pies golpeando la superficie agitaba el deseo en todos. Saltó otro y otro más. En la vorágine de agua y calor un niño se lanzó, y su padre, vestido, detrás. ¿Dónde vas?, gritó.  ¿Qué no sabe nadar?, nos decía cuando salía con su hijo del agua.