Las legiones malditas

Como apasionado de la historia disfruto con la lectura de relatos épicos de aventuras y batallas con base histórica. En especial, sucesos que tuvieron en su mano el curso del mundo conocido. Uno de esos sucesos fue la victoria de Publio Cornelio Escipión frente a Aníbal en la batalla de Zama. En sí la batalla no significó el declive de Cartago frente a Roma, el nacimiento del futuro imperio romano no tenía freno, aún siendo la espada de Aníbal un fuerte castigo para la incipiente Roma. Aníbal estaba vencido mucho antes de Zama, y no por las legiones romanas, sino por el anquilosamiento de una Cartago incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos. ¡Ah, si Aníbal hubiese tenido un senado romano!

Pero no fue así, y las legiones de Escipión supieron ponerse a la altura de las invictas tropas de Aníbal. Cuenta la leyenda que Escipión le preguntó a Aníbal: «Quienes son los mejores generales de la historia».  Aníbal le contestó: «Alejandro, Pirro y yo». Escipión, enfurecido al no oír su nombre, tras haberle ganado en Zama, le interpeló: «Y si hubieses ganado en Zama». Aníbal le dijo: «Entonces yo estaría al principio de la lista».

Y así fue, Aníbal perdió y Escipión alcanzó la fama, pero antes tubo que caminar un largo y angosto sendero.

Publio Cornelio Escipión, quien luego sería conocido por el sobrenombre
de Africanus, se vio obligado por el senador todopoderoso Quinto Fabio
Máximo, detractor de la familia de los Escipiones desde tiempo atrás, a
aceptar la demencial tarea de liderar las legiones V y VI que
permanecían desde hacía tiempo olvidadas en Sicilia. Éstas eran unas
legiones malditas que habían perdido el sentido del deber, la
disciplina y toda esperanza de regreso a su patria. Con esta maniobra,
Quinto Fabio Máximo creía abocar al último Escipión de la estirpe a una
muerte segura. Lo que Fabio Máximo no podía prever es que el joven
Escipión y sus legiones malditas estaban llamados a cambiar el curso de
la historia.

Sinopsis de Las legiones malditas de Santiago Posteguillo.


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