El copy & paste

 Se está convirtiendo en habitual el copy & paste en los trabajos. Si mando un trabajo para que se realice, uno espera que el alumno se documente y tras ello exprese con sus palabras la solución del ejercicio. No es contraproducente, sino lo contrario, indicar la fuente de donde se ha fijado para su explicación.

Qué ocurre, que ya perdemos hasta el interés por resumir o transcribir la respuesta. Si la pregunta la encontramos en la web, se copia con el explorador y se pegan en un documento. Un proceso que sólo lleva dos segundos y no requiere de aprenderse el ejercicio. Conclusión, respondemos pero no aprendemos.

Qué sentido tiene que proponga un ejercicio, fácil de encontrar, si el alumno no pone interés en aprendérselo. Si no lo encuentra tiene la excusa perfecta para recriminar la dificultad del mismo, y si lo encuentra ni se molesta en redactarlo él mismo. Incluso contestando con el link del lugar donde puedo ver la solución, sin más explicación.

El Plan Bolonia tropieza con un resquicio muy importante, está pensado para alumnos que quieran aprender, y la realidad es que los alumnos sólo quieren aprobar. El sistema anterior requería el esfuerzo continuo y primaba la genialidad; sin embargo, estamos cambiando a un modo donde el esfuerzo y el trabajo puedan suplir la genialidad, y permitir a más llegar donde sólo unos pocos llegaban antes.

José Castaño que, apunto de celebrar su 93 cumpleaños, acude cada mañana a dar clase al colegio, opina que los niños de ahora no son peores que los de las generaciones anteriores. Y tiene razón, el problema no es tanto de la base, sino de la lucha por el esfuerzo, del deseo por superarse, del apetito por aprender, de la pasividad de las generaciones que disfrutan de mucho más de lo que disfrutábamos las pasadas.


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