«…aumentar el gasto en educación puede incrementar la producción en el corto y largo plazo…»
Joseph E. Stiglitz. Premio Nobel de Economía en 2001
Estamos viviendo tiempos difíciles, cualquier visión de futuro se topa con la incuestionable realidad del día a día. Sin embargo, no podemos cegarnos con los problemas de hoy sin pensar que después viene otro día. La visión de la precariedad en el trabajo conseguido tras el largo estudio y envuelto en la crisis actual, no debe oscurecer el futuro del estudiante. La vida del mismo es laboriosa y en muchos casos ingrata hasta conseguir el merecido final en un trabajo digno y querido.
Resulta más cómodo pensar en otras posibilidades, te dejas los estudios y aprovechas la situación económica boyante, para atesorar gran cantidad de dinero, con el trabajo duro pero bien pagado. ¿Y cuando hay crisis?, entonces recapacitas y piensas en el tiempo no empleado en estudiar para optar a otros puestos de trabajo más cualificados y de menor demanda.
En la sociedad de oferta y demanda es muy importante fijarse con qué grupo de persona competirás para un puesto de trabajo. Si queremos competir por un puesto de mayor cualificación implica que debemos trabajarnos esa cualificación. Ahí es donde la educación debe ser parte fundamental en los cimientos que nos sirvan para asegurarnos un buen puesto de trabajo futuro. ¿Con quién pretendemos competir?. Estamos comprobando que el empleo rápido y suculento del que han disfrutados muchos jóvenes, ha seguido las pautas del dicho «pan para hoy, hambre para mañana».
Exijamos un decido apoyo por parte de los gobernantes en aumentar el gasto en educación, en proporcionar más becas, en facilitar más cursos de formación para los desempleados…, en conseguir de la educación un factor determinante para la consecución de un puesto de trabajo distintivo. No nos engañemos, un mejor futuro vendrá de la mano de una mejor educación.
Aprovecha el tiempo y apuesta por aprender.