La NASA lanza el telescopio Kepler

A 1610 portrait of Johannes Kepler by an unknown artist.
Esta noticia está navegando por toda la red y los medios de comunicación. Es una avance importante, no solo por su propósito, sino por el avance científico que supone. La era de los telescopios fuera de la tierra nació con el Hubble, llegando a conseguir imágenes hasta entonces no alcanzadas.

La atmósfera es un filtro muy potente, tan potente que gracias a él podemos vivir, pero al mismo tiempo limita las posibilidades de visión fuera de ella, como cuando decimos que nos cuesta ver el horizonte en un día poco claro.

Kepler es el «penúltimo» (siempre hay un último en ciernes) avance en telescopios espaciales y se le debe el nombre al insigne astrónomo Johannes Kepler. Como tantos grandes de la ciencia sintió curiosidad por los fenómenos que observaba y aprendió de otros grandes. Los logros de Kepler en astronomía se debe en gran medida a las observaciones de Tycho Brahe. De Kepler no solo debemos admirar su faceta de astrónomo, contribuyó en  las matemáticas y a que un joven Newton sintiera curiosidad por la atracción entre los astros y los planetas.

Es curioso como Kepler afrontó un problema de aquel tiempo. Se estudiaba los volúmenes de sólidos en revolución y Kepler lo aplicó al cálculo, en particular, del volumen de un barril. El fin, calcular de manera más precisa como construir un barril de vino para que cupiera determinada cantidad. Este trabajo lo publicó en 1615 con el nombre Nueva estereometría de los barriles de vino… y parte de los trabajos de Arquímedes. Hoy, a este trabajo, se le considera dentro de los orígenes del cálculo integral.


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