»La economía de un país se medirá por el número de ingenieros».
Jeffrey Immelt
«Los ingenieros técnicos exigen que el plan de Bolonia les equipare a los superiores» es el titular de un artículo de hoy en el diario ABC. La polémica traia cola desde que en Bolonia se marcarón las pautas del Espacio Europeo de Educación Superior: desaparecen los actuales diplomados y licenciados y surgen los nuevos graduados. El compromiso está marcado en 2010, donde todas las titulación deben adaptarse al nuevo espacio europeo. Algunas universidades ya hemos adaptado nuestros planes, en la UCAM ya impartimos el Grado en Ingenería Informática, siendo de las primeras en España.
Este nuevo marco plantea dudas: ¿qué ocurrirá con los actuales ingenieros técnicos? La contestación no es fácil. Como dice el titular, los ingenieros técnicos quieren que se les equipare a los nuevos graduados, y por tanto conseguir las atribuciones que ahora disfrutan los ingenieros superiores. Y entonces, los ingenieros superiores ¿que ventajas tendrán?. ¡Ah es verdad!, se me olvidaba comentar que el sistema actual dispone de jerarquias para determinar que ingeniero está más cualificado para determinadas atribuciones. Es decir, cuando salgan al mercado y se pida firmar una necesidad que implique un certificado, algunos pueden firmarla otros no. Ahora los ingenieros superiores pueden firmar cosas que los ingenieros técnicos no pueden. ¿Por qué?, porque la cualificación superior permite ciertas prebendas.
Reconozco que con este comentario me estaré ganando la antipatia de los ingenieros; es verdad, ya dije con anterioridad que como matemático me cuesta entender el concepto de atribuciones, como el de colegios. Claro, a mi nadie me pide que certifique que la encuestan que realizan tiene el rigor pertinente para llamarla encuesta.
Volvamos al tema de esta entrada. El proyecto actual es que los nuevos graduados obtengan las atribuciones de los antiguos ingenieros técnicos y los nuevos graduados que deseen las atribuciones de los actuales ingenieros superiores (o ingenieros como simplemente se denominan) tendrán que realizar un master. Por tanto, los actuales ingenieros técnicos necesitaran de un master, de dos años, para conseguir las mismas atribuciones que los ingenieros. Resumiendo, se ha decido cambiar el nombre, pero se mantienen los tiempos de estudio para consegir la equiparación de atribuciones.
Como indica en el artículo:
Nuevo modelo. La reforma de las ingenierías establece títulos de Grado de cuatro años y masters de uno o dos años (lo de un año es para los nuevos graduados, dos años es para los ingenieros técnicos actuales)
Atribuciones. El Grado capacitará para las atribuciones de los actuales ingenieros técnicos y el Master de los superiores.
La controversia no se queda con el tema de las atribuciones exclusivamente, se cuestiona también que el título sea por especialidades y no por rama. Lo cierto es que al final nadie quedará satisfecho.
Esperemos que las luchas por poder entre los ingenieros no desaliente a los estudiantes a cursar estas titulaciones, aunque no tengan atribuciones como los informáticos. Las politécnicas decrecen en el número de matriculados y si Jeffrey Immelt, presidente y consejero delegado de General Electric, tiene razón el futuro les depara grandes posibilidades (por sus conocimientos, no por sus atribuciones).