La SGAE o la caza de brujas

Leyendo el blog de Enrique Dans he visto el post SGAE vs blogosfera, en el informe anual de RSF, he recordado un artículo que escribí en la fatídica fecha que se aprobó el famoso canon. Os lo reproduzco.

»Cuando los nazis apresaron a los socialistas,
no dije nada, porque yo no era socialista.»

En la década de los 50 McCarthy rehabilitó un viejo oficio: la caza de brujas. Lo popularizó hasta tal punto que hoy en día todos sabemos su significado cuando oímos esa expresión. Nadie recuerda los sucesos de la Europa Central a inicios de la Época Moderna, lo hemos restringido a la persecución de los intelectuales, o políticos, o las personas que estén en desacuerdo con el ‘stablismen’ del momento. Y en los ordenadores, ¿podemos introducir esa frase?. Todos entendemos a la perfección que en este siglo hay un nuevo ente del cual no podremos prescindir: el ordenador. Nació a finales del pasado y con ese nombre engloba muchas variedades: Internet, mundos virtuales, P2P, MP3, DivX, Ipod, TomTom …, y este ente ha encontrado una realidad: la SGAE o el derecho a «proteger la creación y defender los intereses de sus socios». En 1950 Joseph McCarthy se erigió en defensor de los auténticos valores americanos y con la autoridad que le habían otorgado sus votantes Wisconsin (más 66.000) se dedicó a proteger la creación y defender los intereses de sus… Si Dickens levantara la cabeza…, o tal vez no, quizás estaría orgulloso de como su empeño en tiempos donde los escritores estaban mal pagados, salvo las contadas excepciones, ha logrado convertirse en uno de los grandes lobbies actuales. Pero, por favor, no me malinterpreten, no lo digo en modo despectivo, como cuando hablamos de los grupos formados por las grandes petroleras para influir y negar el cambio climático. Lo digo en el sentido estricto de poder reunirse con nuestro Presidente José Luís Rodríguez Zapatero para promover una Ley de Propiedad Intelectual y así «proteger la creación y defender los intereses de sus socios» (66.000) . Ya se me ven las orejas (McCarthy acaba de apuntar uno más en la lista).

»Cuando encarcelaron a los sindicalistas,
no dije nada, porque tampoco era sindicalista.»

Nadie nos acordamos cuando comenzaron a gravar el común videocasete VHS, el principio del clamor comenzó con los CD’s. La SGAE atisbó la punta de su iceberg. Un CD es un medio de almacenamiento concebido para copiar información en él, por tanto susceptible a poder copiar en él una copia privada de las obras de sus socios. Silogismo puro y duro: Mis socios tienen obras, sus obras se pueden copiar en un CD, por tanto el que compra CD puede copiar las obras de mis socios. Dicho de otra forma, el que compra CD’s que pague el canon; por si acaso copia. Esto siempre me trae a la memoria aquel sketch cómico de Los Guiñoles; en una rueda de prensa Regan vestido a lo Rambo explicaba sobre una pizarra el bombardeo de Libia y el palacio donde vivía Gadafi, uno de los periodista le expone que las bombas también habían alcanzado niños y Regan-Rambo le corrige: ‘futuros terroristas’. Los que compramos medios de almacenamiento digital somos presuntos autores de robo de la propiedad intelectual de otros.

»Cuando se llevaron a los judíos,
no protesté, porque yo no era judío.»

Estamos en la era de la información y como tal cada vez se necesitan mayores soportes para almacenar esta información. Por ejemplo, a mis alumnos les solicito que me presenten las prácticas en un CD. Mis compañeros realizan prácticas de programación visual que requieren soportes de mayor capacidad como DVD. Conozco médicos que digitalizan radiografías para almacenarlas y estudiar la evolución de un paciente, el DVD para ellos se queda corto. En la universidad contamos con servidores equipados de ingentes gigabyte para el trabajo de nuestros alumnos… Cada vez se ve más lo que hay debajo del iceberg.

Sin embargo para la SGAE la prueba definitiva es incuestionable: que levante la mano el que compra habitualmente CD’s y nunca ha grabado un disco con canciones. Lo reconozco, no puedo levantar la mano. Pero tampoco puedo levantarla si lo pide para quién nunca a superado la velocidad máxima en la autopista y no lo han pillado (y además lo dicen en público). O para quién nunca haya defraudado a hacienda. La diferencia es que tráfico no nos pide un canon en previsión de las infracciones que vamos a cometer y no nos van a pillar, ni hacienda incorpora un impuesto por las veces que le defraudamos y no lo detectan. Sin embargo la SGAE ha conseguido un canon por las veces que vamos a copiar sus canciones y ellos no se van a enterar.

La cuestión es el dinero. Una obra supone un esfuerzo para una persona y por el tiene derecho a recibir una prestación, y, no nos engañemos, el dinero es de las más golosas. Reconozco el enfado de algunos autores cuando le ‘roban’ sus canciones y en cierto sentido le entiendo, pero no siento empatía. Soy profesor de matemáticas, conseguí mi doctorado con un algoritmo de…, es igual, nunca podré cobrar un canon a aquellos que utilicen mis ideas para sus desarrollos. Imaginan si los descendientes de Einstein cobraran por la utilización de su formula E=mc^2. No es comparable, verdad. Las comparaciones nunca son buenas, pero la injusticia si es comparable: siempre es injusticia sea de la magnitud que sea.

Parafraseando a House: »siempre es el dinero». El iceberg es inmenso, las posibilidades del canon superan las previsiones pero todavía no lo saben. Se han olvidado del mayor sistema de almacenamiento que conocemos: el cerebro. Cumple los requisitos establecidos por y para justificar el canon: es un lugar de almacenamiento donde se puede copiar información de todo tipo. Vale, reconozco que solo el de una mente privilegiada como la de Einstein llegaba al 10% de su uso, pero… eso no te exime de usarlo. Y como el canon es en función de la capacidad de almacenamiento… ¡eureka!, tenemos el mayor MP3 portátil del mundo. Quién no ha mal cantado una canción almacenada en su cerebro. Y por favor, no se rían diciendo que el cerebro no se admite por que no es hardware. Me van a decir que cuando salgan las primeras memorias basadas en bio-sistemas que se asemejan las redes neuronales cerebrales no van a solicitar el canon también para ellas.

La solución no la sé, pero no por ello la que han decido es mas justa, la justicia no significa restituir a unos a base de castigar a otros, y si pagar ese canon no es un castigo, díganme que es pagar por algo que no haces. Ejemplos podemos encontrar para todos los gustos tanto que justifique la causa que defiende la SGAE como la de TodosContraElCanon. McCarthy también blandía ejemplos para justificar sus acciones y hasta convenció a gran parte de la población americana, a fin de cuentas solo iba contra los comunistas anti-libertades americanas. A fin de cuenta solo es contra los que piratean música.

»Cuando al fin vinieron a buscarme a mi,
no había ya nadie que pudiera protestar.»
(Martin Niemöller)

Y si nos callamos y pagamos el canon quién será el próximo en reivindicar el suyo para gravar a alguien que no va hacer nada para lo que el canon está indicado, pero podría hacerlo


Deja una respuesta