La noticia que he leído sobre el aviso del gobierno alemán, que recomienda buscar alternativas a Internet Explorer por seguridad, resulta ante todo preocupante.
Preocupante porque un ente del gobierno nos informa sobre las perjuicios de usar un producto de una empresa privada, que puede afectar a su posición en el mercado. Muchos pueden decir que es habitual la notificación de los gobiernos para salvaguardar a sus súbditos. Pero también puede ser un arma de doble filo. No defiendo la posición de Internet Explorer, ni valoro si Microsoft cuida más o menos la seguridad de su producto. Es el usuario quién debe velar por conocer las herramientas que utiliza, y saber que en informática la seguridad brilla por su ausencia.
La seguridad de Internet Explorer está en entredicho, pero también la estaría la de Chrome si fuese el más utilizado. Los que buscan atacar un sistema se fijan en de mayor uso para explorar sus debilidades.
Por desgracia no exigimos que un producto informático sea tan seguro como el coche que nos compramos. Nos basta con que funcione el ordenador, y, en el caso de los exploradores, que nos permita ver el mayor número de páginas posibles. La seguridad, en líneas generales, no preocupa al usuario estándar, si no que se lo pregunte a los usuarios de Facebook.
Entonces: ¿debe o no debe el gobierno avisarnos de los fallos del navegador? Qué pensaríamos si se tratase de Firefox; buscaríamos conspiraciones de Microsoft por adueñarse del mercado y criticaríamos la actitud del gobierno alemán por fijarse despiadadamente en una empresa que además es de software libre. Pero Firefox también tiene fallos de seguridad.
Volvemos a la pregunta inicial: ¿avisamos o no? Pues depende; depende de la alarma que se pueda generar (la gripe A ha sido un claro ejemplo de alarmismo infundado); depende de las exigencias que le pedimos al producto (no podemos criticar lo que no exigimos que tenga); depende del daño colateral ocasionado (de ser una empresa pequeña puede abocarla a la ruina, aún sabiendo que no es más insegura que otras).
En fin, depende de muchas cosas, y todas ellas pude determinar la medida precisa a llevar a cabo, y esta puede que sea la denuncia del producto. Puede, pero también da paso a que nos dirijan hacia donde quieren que nos movamos.