«A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo.»
Noel Clarasó.
El 1 de marzo de este año, el ejército colombiano organizó una acción militar contra las FARC. En la operación se consiguió una infraestructura informática que los terroristas tenían en su poder. El golpe fue de tremenda importancia, aunque al tiempo causó y sigue causando cierto revuelo por la forma de actuar del gobierno colombiano. La acción militar ocurrió en territorio ecuatoriano, lo que supone una incursión de un ejercito extranjero y por ende una posible acción de guerra. Esto es lo que defiende los ecuatorianos.
Bueno, y a qué viene esta noticia. La traigo aquí por el material informático requisado y el jaleo que esta ocasionando su posesión. Según fuentes que he leido, las «tropas colombianas llegaron hasta el campamento y confiscaron tres ordenadores portátiles negros, marca Toshiba Satellite, dos discos duros externos Lacie y tres memorias USB. Los ordenadores estaban en sendas cajas de metal gris…Para recuperar y analizar la información sin alterar los originales, los expertos colombianos usaron dos programas de software: el FKT, para sacar la imagen del disco duro, y el Encase, un programa forense. Se hicieron dos copias llamadas «espejo»: con una trabajó la inteligencia colombiana, y la otra quedó en manos de Interpol, que en breve presentará su dictamen sobre la autenticidad de los contenidos. Los originales están en manos de la fiscalía de Colombia, para preservar la cadena de custodia. Los ordenadores contenían una mina de oro: 11.000 documentos, 2.000 fotografías y casi 200 vídeos que han aportado a las autoridades de Colombia una información invaluable» (El País)
En principio hasta aquí no parece haber nada raro, es posible que tuviesen los tres Toshiba como las fotografias y videos, yo en casa tengo más fotografias solo de mi hija. Me llama la atención lo de 11.000 documentos y particularmente siento curiosidad por saber a que llaman documentos.
Lo cierto es que se puede ser más preciso. La imagen que pasaron a INTERPOL permitió determinar que «las ocho pruebas instrumentales de carácter informático decomisadas contienen más de 600 gigabytes de datos, entre los que hay 37.872 documentos escritos, 452 hojas de cálculo, 210.888 imágenes, 22.481 páginas web, 7.989 direcciones electrónicas, 10.537 archivos multimedia (de sonido y vídeos) y 983 ficheros cifrados.
En palabras sencillas, se puede decir que este volumen de datos corresponde a 39,5 millones de páginas de Microsoft Word y, si todos los datos incautados estuviesen en formato Word, a un ritmo de 100 páginas por día, se tardaría más de 1.000 años en leerlos. Para descifrar los 983 archivos cifrados los especialistas de INTERPOL conectaron diez ordenadores entre sí y los hicieron funcionar todos a la vez permanentemente durante dos semanas.» (Radio Caracol)
La nota más curiosa y lo que ha desatado las malas relaciones entre Ecuador y Colombia (en alguno de los papeles incautados se insinuaba la permisividad, cuando no la colaboración, del gobierno de Ecuador con las FARC), es la supuesta manipulación de los datos obtenidos por parte de Bogotá según la fiscalia de Ecuador. Una vez recuperados los datos el gobierno de Colombia le pasó una copia al gobierno de Ecuador. Sin embargo, la fiscalía de Ecuador manifiesta que «los archivos que recibió Ecuador fueron grabados en un disco compacto, no corresponden a una imagen forense (copia de todo el disco duro). Por lo que varios tienen como fecha de creación la misma en que fueron grabadas» (Extra.ec).
A mis alumnos les digo que, antes de presentarme las prácticas, verifiquen que el nombre que aparece en propiedades es el suyo, no el del compañero.